MEXICO ENTRE LA DESCONFIANZA Y LA PARANOIA

MATAMOROS DE AYER Y HOY
LIC. LUIS GERARDO GONZALEZ ALVAREZ

Hola que tal amables lectores del Despertar de Tamaulipas, cada vez escuchamos con mayor recurrencia, en charlas de café, o en, la calle o hasta en los mismos medios de comunicación frases o inclusive aseveraciones que lo que hoy está sucediendo de que cada vez se acerca el fin del mundo.

Otras más sobre los recientes tornados azotaron a Coahuila, será la preparación del fin del mundo o avisos etc., etc., hoy en nuestros días es cada vez más común escuchar.

Es cada vez más común escuchar la palabra “paranoia“ para referirnos a un comportamiento maniático o exagerado de una persona. De acuerdo a la RAE la definición de paranoia es: Perturbación mental fijada en una idea o en un orden de ideas.

Nuestro país ha vivido diferentes sucesos fatídicos y violentos a lo largo de sus 205 años de historia, hechos que se han vuelto “noticia” y, que a través de los años, han impactado a la sociedad por generaciones; no obstante, nunca antes, estas noticias habían sido tan visibles, alcanzables, y expeditas para las personas como ahora; todo, gracias a los medios masivos de comunicación que existe en la actualidad; y por supuesto, la cada vez más presentes: redes sociales, destacando por su puesto Facebook y Twitter.

Hoy cada hecho, cada declaración, cada movimiento, cada escándalo, es posible ser conocido en tiempo real; a cualquier hora y en cualquier sitio en el que nos encontremos.

La gente cada vez comprende más y mejor, los porqué de las situaciones que afectan a la nación; cuestionándose cada vez más y con toda razón, acerca del desempeño de los legisladores: rendición de cuentas, trasparencia, legalidad, etc… Debido, a los vergonzosos episodios de corrupción por parte de nuestros representantes; escándalos siempre existentes pero más manifiestos que nunca.

El conocer todos estos casos deshonrosos, en un país en vías de desarrollo México en donde 27 millones de personas viven con menos de USD 4 al día es por demás indignante una larga lista de figuras públicas al frente de gobiernos, sindicatos o instituciones gubernamentales, han estado en el ojo de huracán, por sus sonados casos de desvió de recursos del erario para sus intereses particulares (entre otros muchos delitos no menos graves).
Hechos que sin duda alguna, viven en la memoria de todos los mexicanos.

Un óptimo caldo de cultivo para la paranoia colectiva, en donde la desconfianza, es protagonista, los habitantes de este país en su conjunto padecen traumas que los han convertido en un grupo social evidentemente desconfiado, con una férrea postura defensiva. Lo interesante es determinar si su actuar es justificado o no. Es innegable que la sociedad Mexicana, ha sido herida por demasiadas malas acciones y decisiones de parte de quien nos gobierna.

Recordando las palabras Enrique Peña Nieto hace unos días, en su visita a la Rivera Maya, Quintana Roo.

“A veces pareciera que no quisiéramos o nos negáramos a reconocer los avances y a registrar las buenas noticias, estamos en busca de ellas, y cuando las tenemos frente a nosotros pareciera que no las vemos”.

Está claro que al mismo presidente Peña Nieto le indigna la paranoia social y la denuncia a los cuatro vientos, pero todos sabemos que la cura para que la sociedad pueda recobrar la credibilidad, el optimismo, la confianza y la certidumbre, es en resumidas cuentas, la tan ansiada justicia social, cuestión, que es suma de voluntades de muchos frentes. Hoy el poder de la gente es una expresión en las redes sociales, y es a mí pensar, un desahogo legítimo.

LA CREDIBILIDAD DEL GOBIERNO POR LOS SUELOS

Le comento en cuanto a esto de la desconfianza la paranoia social, es frustrante para un mandatario convencer a un pueblo que no ve lo mismo que él o ellos, y sus discurso en ocasiones son SOS llamadas de auxilio a no sé a quién o a quienes el presidente demuestra desesperación, preocupación e impotencia por convencer a su país que todo estará mejor.

Lamentablemente lo que sucede a diario en un país dan al traste con sus palabras y promesas.
Esto lo leí recientemente en la columna de Enrique Calderón Algati, “tiene razón el presidente” y juzgué usted mismo.

El desarrollo del país no solo depende de la voluntad del gobierno afirmo Enrique Peña Nieto al clausurar la convención ganadera en el Puerto de Veracruz pidiendo trabajar en unidad, con pensamiento positive y optimista para modelar el México que todos queremos seguramente hay muchos que piensan al igual que él y coinciden con su modelo de país como la confirman aplausos y vítores recibidos por su discurso. Su planteamiento es esencialmente correcto porque una nación en la que el gobierno camina en una dirección mientras que la sociedad camina por otra, o peor aún se encuentra paralizada, es un país sin futuro y esa es la crisis en la que nos encontramos; sin embargo, la solución requiere no solo caminar juntos, sino estar de acuerdo hacia dónde queremos ir y es ahí donde está la esencia del problema que es necesario resolver.

El presidente ha expresado a veces con acciones y las mas con omisiones, un rumbo para la nación, es decir su rumbo; sin embargo, se ha negado a preguntar si ese es el que la nación la sociedad o en términos constitucionales es el que el pueblo desea. En este modelo de nación el se coloca por encima de las leyes y pone en esa misma condición a sus colaboradores cercanos, pretendiendo salir airosos de los escándalos de corrupción en los que se han visto envueltos.

Hoy el poder de la gente con su expresión en las redes sociales, como un derecho y desahogo legítimo, denunciando y analizando fríamente cada movimiento de los políticos, de sus gobernantes que se ha generado por la desconfianza, de la sociedad al grado de caer en la paranoia causa – efecto.

Hasta la próxima…