La Belleza de una Mujer

Reflejos de un Corazón
Por. Juan Torito Ramírez

Entre el camino de la vida, entre tantos rostros que pasan. Me tope con alguien muy singular, una dama, de una apariencia hermosa, físicamente perfecta, sus medidas salían sobrando. Porque si era muy atractiva, su imagen cautiva. Pero lo que me interesó de ella, no fue su rostro o las medidas de su cuerpo.

Mirándola a los ojos, pude observar que estaba frente alguien talentosa, capaz y sobre todo valiente. Mirándola fijamente me atreví a decirle ¿cómo estás?, ¿qué tal tu día?, y en ese instante todo cambió. Me dijo algunas palabras y el interés por conocer un poco más de ella surgió, entre la conversación pude darme cuenta que era alguien diferente a las demás, una mujer que era franca, directa y sin mentiras. En su rostro se podía admirar, el temple de su persona y la fortaleza de su alma. No lo podía creer yo estando ahí frente a ella escuchando un poco de su historia y fascinándome con cada palabra. Mientras seguía la plática, reflexionaba, me daba cuenta que muchas veces las mujeres se hartan de palabras bonitas, que muchas veces lo que necesitan es ser escuchadas, que alguien se interese un poco y desahogar esos sentimientos que se guardan para no hacerle daño a otros. Encapsulan su sufrimiento, sus emociones, y todo porque la vida las ha golpeado de tal manera que dejaron a un lado su sonrisa, para sentirse fuertes. Pero que muy en su interior guardan sus sentimientos como un tesoro, que muy pocos logran descubrir.

Entre los minutos y segundos transcurridos, su mirada se tornaba más tierna y gentil, su semblante cambió, entre palabras y silencio una sonrisa me regalo. Fue donde entendí que a una mujer no se le puede cambiar, que su esencia es única, que podrán ser duras en sus comentarios, pero amorosas en sus actos. Que una palabra bonita alaga, pero el brindarles tiempo para ser escuchadas libera y aligera la carga del corazón. Entendí que la belleza de una mujer no radica sólo en un físico, si no en sus sentimientos, pensamientos y sueños.

Conocer tu historia, me animo a seguir escribiendo, me alentó a decirle al mundo lo valiosa que eres, me ha motivado a seguir dejando algo positivo en las personas.

No sé si te conozco en persona, no sé si hemos tenido una charla larga por mensaje. Pero de algo estoy seguro es que te verás reflejada en algunas de mis líneas. Gracias por leer algo de mis letras.