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CIERRE DE CAMPAÑA EN LA URBE PETROLERA
Miércoles 3 Junio 2015 (15:33)
> DTPV/en Línea
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Por: Lidia Rita Bonilla Delgado
Madero, Tamaulipas.- Caía el sol a plomo sobre el costero municipio de Madero, pese a lo avanzada de la tarde, la avenida conocida como Álvaro Obregón, hoy Francisco I. Madero, arteria principal que la atraviesa, se encontraba interrumpida en su afluencia vehicular, ocupada por las huestes tricolores que montaron su templete en pleno centro, frente a la casa principal de los nativos, donde se asientan las leyes y el gobierno.
Doscientos metros que van desde la Saravia hasta la Primero de Mayo, ocupados por la clase política del PRI gobierno que todas luces hacía alarde del poder y hegemonía, llenando con sillas los carriles de concreto para ser ocupadas por la gente que cautiva del poder, se vio forzada a acudir.
Mientras el sol se retiraba lentamente, muy lentamente, el calor, el ruido, estruendo y algarabía todo lo invadía, gradas para que los más alejados del presídium disfrutaran de la fiesta de unos cuantos que apostados en sitios preferentes desdeñaban con alarde a asistentes.
Era el cierre de campaña del alcalde con licencia, que hoy pretende ser legislador federal omnipresente. Serían las cuatro de la tarde, cuando grupos de acarreados empezaron las sillas a ocupar, preocupando alguna sobra sin lograrlo. Los sitios preferentes como siempre, resguardados estaban por la gente que pagada con dineros de campaña o quizás con aquellos del erario a donde, en horarios oficiales se encuentran alquilados, quienes como leones protegían para que no fueran ocupados por la prole; trabajadores y empleados de gremios cautivos, que cansados, hartos fastidiados, fueron trasladados de su planta a tomar el sol en esta plaza.
A las seis de la tarde, 18 horas, oficialmente era la cita, ya unas dos mil gentes pululaban gastando sus centavos en refrescos, agüitas de sabor de la esquinita, la cafetería del lugar no daba abasto, ya que muchos buscaban el consuelo del fresco clima artificial de ese lugar. La prole como siempre sin dinero, recurrió a las bolsistas con el líquido vital que refrescaba, distribuidas equitativamente por los comisionados para ese hecho.
Y al frente, en la “T” que montaron de escenario, para lucir mejor a su adalid hoy candidato, que su rostro dibujado con franca sonrisa, que aparente, invita a confiar en esa gente; poco a poco se fueron acomodando los varones, 25 personas se apostaron en cómodas y oscuras sillas, 23 varones y damas solo tres; mientras un centenar de mujeres aplaudía desgañitándose para ser notada desde la tribuna que a un metro del suelo se erigía.
Curiosamente, aunque no se crea, o más bien de risa sea, una área VIP ahí había, donde frescos, limpios e impecables, protegidos por la sombra de edificios aledaños, la elite política se lucia y reconocía, ahí en primera fila se fueron acomodando los parientes del presunto legislador, yernos, nietos y la otra parentela, que medra en la cosa pública municipal y aquellos que llegaron de otras tierras para engrosar la comparsa de esa fiesta.
Jóvenes aprendices de jilgueros invitaban a aclamar con entusiasmo inducido por el ruido de pegajoso ritmo guapachoso, cuya letra solo distinguía “la licuadora” repetida un sinnúmero de veces, otros ritmos y otras letras, nada que recuerde por más que yo lo intente.
A las siete pasaditas, su arribo al escenariohizo el candidato, saludando y abrazando “a su gente”, amigos, colegas, camaradas y hasta su prole carnal que esperaba cómodamente su apoteósica presencia; de la cual un dron sobrevolando atestiguaba desde el aire, guardando la evidencia podría ser, un video o igual fotografías.
De 10 a 15 minutos se entretuvo saludando, rescatando incluso, viejos ex alcaldes que, por alguna omisión fueron relegados a gayola, diríamos en otros termos, pero no, afortunadamente los subieron a un rincón, a la orillita del templete y lucieron su sonrisa satisfecha.
Recordé en este momento, viejas fiestas del viejo PRI, ahora renovado, dicen, cuando los detalles importaban y eran cuidadosamente atendidos; nunca hubiera pasado u ocurrido, lo explicó previamente , y peor aún, que un pendón de colores contrincantes, más alto destacara, invitando sutilmente a votar por otra opción.
Lo que si me impacto severamente, fue ver que solamente tres mujeres fueron invitadas de honor al escenario, peor aún, que fuera solo una, las otras dos eran de casta dominante.
¿Dónde está la equidad yo me pregunto?, si las mujeres que se esmeran en la justa, no más sirven pa rifársela en la calle y a la hora de lucirse o de la gloria, las ignoran, o simplemente las usan los machitos pa lucirse. ¡Imagínense si al banquete las convidan! ¡Claro que no! Cuando el reparto del pastel se lleva a cabo, a ellas, ni migajas dejan.
Peor aún, cuando el discurso demagogo asegura que ellas serán el objetivo, el pretexto y la razón para encaminar recursos y gestión que venga a ayudar a salvar su situación.
¡¡¡Que incongruencia!!!
Y pa cerrar con broche de oro, porque no hay decoro, entran en función, como si fuera cosa de ficción, cuadrillas municipales de limpieza, barriendo con destreza tanques de basura generada, plásticos, botellas, banderines, globos reventados que quedaron desperdigados por toda la calzada, antes otro grupos veloz ya había apilado los cientos de sillas alquiladas, regresando las prestadas a su casa.
Ya sale la luna prodigando su tenue luz y un leve aire obsequia una briza invitando al descanso.
Madero, Tamaulipas.- Caía el sol a plomo sobre el costero municipio de Madero, pese a lo avanzada de la tarde, la avenida conocida como Álvaro Obregón, hoy Francisco I. Madero, arteria principal que la atraviesa, se encontraba interrumpida en su afluencia vehicular, ocupada por las huestes tricolores que montaron su templete en pleno centro, frente a la casa principal de los nativos, donde se asientan las leyes y el gobierno.
Doscientos metros que van desde la Saravia hasta la Primero de Mayo, ocupados por la clase política del PRI gobierno que todas luces hacía alarde del poder y hegemonía, llenando con sillas los carriles de concreto para ser ocupadas por la gente que cautiva del poder, se vio forzada a acudir.
Mientras el sol se retiraba lentamente, muy lentamente, el calor, el ruido, estruendo y algarabía todo lo invadía, gradas para que los más alejados del presídium disfrutaran de la fiesta de unos cuantos que apostados en sitios preferentes desdeñaban con alarde a asistentes.
Era el cierre de campaña del alcalde con licencia, que hoy pretende ser legislador federal omnipresente. Serían las cuatro de la tarde, cuando grupos de acarreados empezaron las sillas a ocupar, preocupando alguna sobra sin lograrlo. Los sitios preferentes como siempre, resguardados estaban por la gente que pagada con dineros de campaña o quizás con aquellos del erario a donde, en horarios oficiales se encuentran alquilados, quienes como leones protegían para que no fueran ocupados por la prole; trabajadores y empleados de gremios cautivos, que cansados, hartos fastidiados, fueron trasladados de su planta a tomar el sol en esta plaza.
A las seis de la tarde, 18 horas, oficialmente era la cita, ya unas dos mil gentes pululaban gastando sus centavos en refrescos, agüitas de sabor de la esquinita, la cafetería del lugar no daba abasto, ya que muchos buscaban el consuelo del fresco clima artificial de ese lugar. La prole como siempre sin dinero, recurrió a las bolsistas con el líquido vital que refrescaba, distribuidas equitativamente por los comisionados para ese hecho.
Y al frente, en la “T” que montaron de escenario, para lucir mejor a su adalid hoy candidato, que su rostro dibujado con franca sonrisa, que aparente, invita a confiar en esa gente; poco a poco se fueron acomodando los varones, 25 personas se apostaron en cómodas y oscuras sillas, 23 varones y damas solo tres; mientras un centenar de mujeres aplaudía desgañitándose para ser notada desde la tribuna que a un metro del suelo se erigía.
Curiosamente, aunque no se crea, o más bien de risa sea, una área VIP ahí había, donde frescos, limpios e impecables, protegidos por la sombra de edificios aledaños, la elite política se lucia y reconocía, ahí en primera fila se fueron acomodando los parientes del presunto legislador, yernos, nietos y la otra parentela, que medra en la cosa pública municipal y aquellos que llegaron de otras tierras para engrosar la comparsa de esa fiesta.
Jóvenes aprendices de jilgueros invitaban a aclamar con entusiasmo inducido por el ruido de pegajoso ritmo guapachoso, cuya letra solo distinguía “la licuadora” repetida un sinnúmero de veces, otros ritmos y otras letras, nada que recuerde por más que yo lo intente.
A las siete pasaditas, su arribo al escenariohizo el candidato, saludando y abrazando “a su gente”, amigos, colegas, camaradas y hasta su prole carnal que esperaba cómodamente su apoteósica presencia; de la cual un dron sobrevolando atestiguaba desde el aire, guardando la evidencia podría ser, un video o igual fotografías.
De 10 a 15 minutos se entretuvo saludando, rescatando incluso, viejos ex alcaldes que, por alguna omisión fueron relegados a gayola, diríamos en otros termos, pero no, afortunadamente los subieron a un rincón, a la orillita del templete y lucieron su sonrisa satisfecha.
Recordé en este momento, viejas fiestas del viejo PRI, ahora renovado, dicen, cuando los detalles importaban y eran cuidadosamente atendidos; nunca hubiera pasado u ocurrido, lo explicó previamente , y peor aún, que un pendón de colores contrincantes, más alto destacara, invitando sutilmente a votar por otra opción.
Lo que si me impacto severamente, fue ver que solamente tres mujeres fueron invitadas de honor al escenario, peor aún, que fuera solo una, las otras dos eran de casta dominante.
¿Dónde está la equidad yo me pregunto?, si las mujeres que se esmeran en la justa, no más sirven pa rifársela en la calle y a la hora de lucirse o de la gloria, las ignoran, o simplemente las usan los machitos pa lucirse. ¡Imagínense si al banquete las convidan! ¡Claro que no! Cuando el reparto del pastel se lleva a cabo, a ellas, ni migajas dejan.
Peor aún, cuando el discurso demagogo asegura que ellas serán el objetivo, el pretexto y la razón para encaminar recursos y gestión que venga a ayudar a salvar su situación.
¡¡¡Que incongruencia!!!
Y pa cerrar con broche de oro, porque no hay decoro, entran en función, como si fuera cosa de ficción, cuadrillas municipales de limpieza, barriendo con destreza tanques de basura generada, plásticos, botellas, banderines, globos reventados que quedaron desperdigados por toda la calzada, antes otro grupos veloz ya había apilado los cientos de sillas alquiladas, regresando las prestadas a su casa.
Ya sale la luna prodigando su tenue luz y un leve aire obsequia una briza invitando al descanso.